Los Bárbaros y los Nuevos Dramáticos estrenan "ZUM. Crecerá un jardín", una historia sobre el medioambiente con un toque de humor - Centro Dramático Nacional

Los Bárbaros y los Nuevos Dramáticos estrenan «ZUM. Crecerá un jardín», una historia sobre el medioambiente con un toque de humor

 

Dentro del proyecto de Nuevos Dramáticos, con niñas y niños en el centro de la creación, Los Bárbaros estrenan una propuesta que mezcla humor con temas de profundo impacto social

La obra, producción del Centro Dramático Nacional, se representa en Madrid entre el 27 de noviembre y el 19 de diciembre

 

Madrid, 25 de noviembre de 2025. «Hablamos de abejas para hablar de otra cosa». ZUM. Crecerá un jardín, es una obra cargada de humor que, con la frescura de una mirada infantil, aborda temas de profundo impacto social. Se trata del resultado del encuentro creativo entre Los Bárbaros y los Nuevos Dramáticos, que se transforman en un vibrante enjambre de abejas para poner el foco en la necesidad de tomar acción para afrontar la crisis ecosocial. Entre sus reivindicaciones están «recuperar las plazas, pasar más tiempo con nuestras amigas y que haya flores».

La dirección y el texto de esta producción corren a cargo de Los Bárbaros, un proyecto conformado por Rocío Bello, Javier Hernando y Miguel Rojo, que aborda conceptos clave de la sociedad desde la escena, las artes plásticas o la literatura. En esta ocasión, han trabajado estrechamente con los Nuevos Dramáticos, cuya huella está presente en todo el proceso creativo. En palabras de Los Bárbaros, «esta obra no existiría si no hubiese sido hecha junto a las niñas y niños que han formado la última edición de Nuevos Dramáticos. No es una obra escrita a partir de personajes o de una historia, sino que es una obra hecha con unas personas concretas y para ellas».

El montaje es una aventura llena de humor en el que un grupo de niñas y niños convertidos en abejas emprenden un viaje a través de la naturaleza que les llevará a tener relación con diversos personajes del mundo animal e incluso con personas que atienden una misteriosa oficina de información. Late en este onírico viaje, una crítica al mundo actual que los adultos están cargándose por su falta de conciencia o de ética medioambiental.

La iniciativa de los Nuevos Dramáticos convierte a un grupo de niñas y niños, de entre 8 y 10 años, en el eje vertebrador del proceso de creación teatral. Se trata de una propuesta de mediación que cuenta con la participación de varios centros educativos, así como con hijas e hijos del personal del Centro Dramático Nacional.

A través de esta puesta en escena pueden materializar los conocimientos adquiridos en la quinta edición de este proyecto, que ha contado con la coordinación pedagógica de Lucía Miranda y Ángel Perabá. Tomando en cuenta las experiencias anteriores, Lucía Miranda afirma: «Aunque el proceso de creación es similar todos los años, el resultado es muy variado porque atiende a los intereses y conexiones que se producen cada año entre creadores y chavales, es siempre una aventura».

Los directores han estado estrechamente implicados en el proyecto desde su inicio a comienzos de año. «Llevamos desde enero con los Nuevos Dramáticos. Hemos asistido a todo el proceso de talleres. Y gracias a esta oportunidad maravillosa hemos podido hacer la obra junto a las niñas y los niños. Hemos tenido tiempo para estar con ellos, escucharlos, para pensar e imaginar a su lado y los Nuevos Dramáticos nos han regalado sus mundos, sus preguntas, sus preocupaciones, sus alegrías. Es por eso por lo que ZUM (Crecerá un jardín) es y no es una obra de Los Bárbaros. Hemos dado un paso a atrás y hemos aprendido muchas cosas. Esta es una obra hecha con los Nuevos Dramáticos, de algunas cosas que nos parecen importantes y que queremos compartir con el público».

Tomando como punto de partida esa espontaneidad infantil, los directores pretenden: «Que no se nos olvide: en primer lugar, jugar, porque jugar es saber que lo imposible no existe; en segundo lugar, cuidar de lo que nos rodea, porque somos parte de lo que nos rodea; en tercer lugar, mirar las cosas bailando, que es algo parecido a lo que hacen las abejas. En qué se traduce todo esto, en que aprendamos lo que las niñas y niños tienen que enseñarnos».

Los 23 niños y niñas que conforman el grupo de los Nuevos Dramáticos pueden dar rienda suelta a todo los aprendido sobre el escenario. Divididos en dos grupos, completan un reparto compuesto por Rocío Bello, Chelís Quinzá e Irene Ruiz, disfrutando así de la oportunidad de trabajar con actores profesionales. Este variopinto grupo se convierte en un enjambre de personajes que acentúan en tono coral de la obra.

Una puesta en escena fruto del acervo colectivo

La implicación de las niñas y los niños ha sido clave en el desarrollo de los aspectos técnicos de la obra. En palabras de Los Bárbaros, «durante los talleres de primavera, una de las cosas que pudimos hacer fue invitar a todo el equipo artístico a trabajar con los Nuevos Dramáticos. Cada uno hizo un taller. Hicimos talleres de improvisación, escritura, escenografía, iluminación, sonido y vestuario. Y todo lo que surgió de ahí está de una u otra manera en la obra».

La escenografía, diseñada por Zuloark, crea un espacio dinámico y lúdico que permite dar rienda suelta a la creatividad de la pieza. Rocío Bello es la encargada de un vestuario, que ha sido diseñado a partir de dibujos realizado por los Nuevos Dramáticos. Además, cuenta con música original Pilar Calvo, que incluye voces y ruiditos grabados con las niñas y los niños. Sin dejar a un lado la perspectiva de aprender jugando, los directores afirman que «hemos trabajado mucho y durante mucho tiempo para estar a la altura de lo que querían y, aunque seguro que nos hemos quedado a medias, creemos que algo sí hemos conseguido».

El montaje es una producción del Centro Dramático Nacional, que podrá verse en la Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán entre el 27 de noviembre y el 19 de diciembre.